Hace tiempo que no puedo acceder a este blog para contar uno de mis sueños como lo hacía antes. Es que he dejado de recordar lo que soñaba. No puedo saber qué mecanismo se produjo en mi mente como para olvidar desde hace un tiempo casi todo lo que sueño.
Pienso que a lo mejor es que he estado con muchas preocupaciones cotidianas, muchos problemas que resolver, no sé, pero me da pena porque recordar esos sueños tan bonitos que tenía casi todos los días era uno de mis entretenimientos favoritos. Además que ir a dormir significaba no solamente ir a descansar sino la incógnita de saber con qué sueño me encontraría esta noche, por qué lugares mágicos me llevaría mi mente y me haría vivir historias de fantasía algunas inimaginables, otras dulces, otras eróticas y muy pocas veces tenía sueños angustiantes. Esto fue el último tiempo antes de que desaparecieran hace más o menos tres meses, porque mucho antes todos mis sueños eran muy angustiantes y fue allí cuando me despertaba llorando todas las mañanas, motivo por el cual consulté al médico y me dio un ansiolítico.
Quizás sea eso lo que ahora me impide recordar mis sueños, apenas lo hago los primeros segundos pero luego desaparece enseguida el recuerdo y esto me apena pero no lo puedo remediar.
Por eso, los divagues oníricos quizás tomen un giro más cientificista desde ahora, ya que buscaré material para informar sobre todas las fases y cuestiones relativas al sueño, un tema que como notarán siempre me fascinó.