Qué hermoso sueño tuve anoche...soñé que volaba, sí que volaba en avión pero que el avión tenía una ventana en el techo por la que yo podía sacar el cuerpo y mirar, qué hermoso se veía el cielo! Las nubes pasaban por abajo y algunas por el medio de mi cuerpo y yo veía desde esa inmensa altura el suelo apenas, nada más que la tierra y el pasto. En realidad era casi como la pintura de la cabecera de mi blog, solamente que yo iba sobre un avión. Recuerdo haber pensado, qué raro era que no me faltara el aire a tamaña altura, pero lo cierto es que no, me sentía como un pájaro y además en un momento vi otro avión con un grupo de dos o tres chicos haciendo lo mismo que yo y desde uno al otro avión nos saludábamos. Yo estaba feliz, ellos también lo parecían. No fue más que eso mi sueño pero la sensación de volar fue muy placentera.
En cuanto al análisis que yo hago de este sueño es que estoy muy encerrada, muy prisionera de mis obligaciones y presiones y que indudablemente tengo necesidad de volar, de soltarme de poder ser libre. Aún así creo que hay cosas que me retienen tanto que no quiero ni en sueños dejarlas, porque no soñé volar directamente sin ninguna atadura como la imagen, no, soñé que volaba, pero los pies los tenía puestos en el asiento del avión, lo cual me indica que hay algo que me retiene mucho más al punto que ni el inconciente quiere desprenderse y yo sé qué es. Es mi hija. Seguramente es lo único por lo que no quiero irme muy lejos y abandonar todo.
Este sueño tan simbólico pero descifrable al mismo tiempo me ayuda a darme cuenta de cómo estoy viviendo y tratar de solucionar ese tema de sentirme tan atada, tan llena de presiones y obligaciones. Habrá que ir pensando en vacaciones, por lo menos.