He llegado a la conclusión que cuando uno está muy atareada y llena de preocupaciones, los sueños se olvidan. Así es como me ocurrió estos últimos días en que estuvimos con la fiesta de Navidad y ahora que se aproxima el año nuevo, además en medio de todo eso he estado haciendo reformas en mi casa que no pudieron terminarse antes de las fiestas y por lo tanto mi cerebro parece no tener tiempo de procesar todo o por lo menos de permitirme recordar lo soñado.
Hubo una sola noche en que recuerdo bien mi sueño y justamente fue la noche en que más tranquila estuve, soñé con Néstor Kirchner, nuestro ex-presidente a quien yo admiro mucho y junto con él con un amigo, ambos estaban en mi sueño de una manera placentera, agradable, alegre. Luego de ese sueño que fue entre el 24 y 25 no recuerdo más. Y es que comenzaron otra vez las corridas, idas y vueltas y las presiones del devenir cotidiano no permiten que la mente se distraiga en la placidez y el placer de los divagues oníricos.