lunes, 11 de julio de 2011

César





Qué lástima! Recordaba perfectamente mi sueño cuando me levanté, pensé en venir a escribirlo aquí, me entretuve entre el desayuno y alguna otra cosa y lo olvidé, sólo guardo un rostro y un nombre, César, un abogado que fue mi socio pero fundamentalmente un amigo de mi hija mayor, la que partió tan jovencita.
 Perdí los teléfonos de César, hace rato que no nos comunicamos, pero quiero hacerlo porque en una semana ya es la segunda vez que sueño con él.
 A veces uno piensa que un sueño o dos o sueños continuados sobre una persona puede significar o que nos están necesitando, o que algo malo le pasa, en fin, no quisiera que nada de esto ocurra con César.
 Pero insisto, es una lástima haber olvidado el sueño, tengo la sensación, es más estoy segura que fue agradable, sólo que no puedo recordar nada de su contenido y tanto que me gusta a mí que esto suceda, significa para mí como si a través de los sueños viviera otra vida, una diferente, totalmente distinta a la que vivo. De hecho en ellos me encuentro con los seres que amo y ya partieron, en ellos la mayoría de las veces soy mucho más joven y por lo tanto todo lo bonita que era en aquellos tiempos, modestia aparte (reconozco que la mayoría se perdió con el paso del tiempo), y además me suceden en general cosas agradables, muchas veces mucho más placenteras que en vigilia.
 Por eso es que añoro mis sueños y me encanta soñarlos, recordarlos y grabarlos en este sitio para no olvidarlos y regocijarme leyéndolos cuando pasa el tiempo.
 A veces puede ser que lo recuerde a la tarde cuando ya estoy menos ocupada, si así sucede vendré aquí inmediatamente a contarlo para sentir nuevamente el placer que viví en él.

La imagen pertenece al artista plástico Olbinsky

No hay comentarios:

Publicar un comentario