Anoche soñé algo que hasta tarde aún lo recordaba, traté de que permaneciera en mi mente hasta tener tiempo de volcarlo en este sitio, que ya parece un arcón de sueños, pero no pude, lástima sólo recuerdo que fue agradable.
A veces me pregunto qué pensarán las personas que por aquí rara vez se detengan, sobre esta mujer que se embeleza en contar sus sueños, pero luego me digo a mí misma, que lo más importante de este blog, es en realidad justamente eso, el contarlos y si es posible descifrarlos, desentrañarlos y saber qué está queriéndole decir mi otro yo a mi yo.
Además, me resulta muy agradable recorrer entradas pasadas y leer antiguos sueños que hoy ya no recuerdo y que si no los hubiera registrado aquí se hubieran perdido en el laberinto de la memoria, transformándose en olvido.
Es bueno al fin de cuentas tener estos divagues propios de una soñadora como yo.
La obra es de Jim Warren.
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